X MARATON DE LOS MONEGROS

Las 5'50 de la mañana, suena el despertador, me "roneo" 10 minutos y me levanto de la cama muerto de sueño y sin ningún ánimo, pues la verdad que solo he dormido 4 horas.....por la noche no podía dormir ¿serán los nervios..?, no creo, es mi segunda participación y ya sé lo que me espera. Con todo ya preparado y con un plátano en mi estomago, salgo a las 7 de casa dirección a Palleja, donde he quedado con Bruno.

Llegamos a Sariñena a las 9'45 mas o menos nublado, vamos a recoger el dorsal, lo dejamos en el coche y hacemos una especie de gimkama llovizneando, para recoger una serie de regalos (bidones, buff, pañuelo, calcetines), por las tiendas del pueblo, y todo por un maillot que solo dan a los 200 primeros que sellen una hoja en cada establecimiento autorizado. Sabemos que no vamos a llegar al maillot, pero así pasamos la mañana (de tiendas por el pueblo, jeje..).

A las 11'30 comemos en un bar para que nos de tiempo a hacer la digestión y preparar nuestras monturas para la aventura en el desierto monegrino. Todo preparado y con el estomago lleno, llega la pereza y lo único que apetece es echar una cabezadita, como el tiempo tampoco acompaña, yo sigo sin ánimos, pero no hay marcha atrás y nos dirigimos a la salida donde nos colocamos casi atrás del todo, pues todavía quedaba media hora para la salida y no cabía ni un alfiler, eramos unos 1.750 bikers preparados para tragar polvo.



Recorrido:
Sariñena - Desierto de los Monegros - Sariñena
Total 112 km. Desnivel positivo acumulado 1.144 metros Velocidad media 22 km/h. Tiempo real de pedaleo 5 h. 06 m. Tiempo real de la marcha 5 h. 52 m.

Las 14 horas, dan la salida y los dos primeros kilómetros es neutralizado por el pueblo, aunque como es normal en estos eventos, todo el mundo quiere coger posiciones y se sale a todo trapo. Una vez hemos salido del pueblo y con las pulsaciones altísimas (Bruno detrás de mí todo el rato que puede hasta que se queda cortado), nos metemos por un camino asfaltado y todo el mundo adelantando (esto parece la guerra y super peligroso).

En cuanto empieza el camino de tierra, comienzan a verse los primeros percances (roturas de cadena, pinchazos, CAÍDAS alguna que otra fuerte..), pasados los primeros 20 kilómetros y con los nervios más calmados por parte de toda la gente, comienza la primera subida no muy dura, de unos seis-siete kilómetros, donde la carrera pone a todo el mundo en su sitio y se sube a ritmo bastante alto por cierto, aunque yo no subo bien, algo raro noto en la bici, me bota mucho de atrás y pienso que tengo la amortiguación trasera abierta. A falta de dos kilometros o más para coronar, la gente me avisa que tengo la rueda trasera muy floja (cagón la mar, ya he pinchao), pero no paro hasta que llego arriba, lo cual me pasa un montón de gente por no traccionar bien la rueda.

Una vez arriba y bastante mosqueado, paro, dejo la bici en un lado del camino y me siento en un montículo soltando improperios por mi boca y a la vez, animando a la gente (vamos que solo quedan 100 km, jeje...). Me reincorporo, decido arreglar el pinchazo y cuando estoy hinchando la rueda, aparece Bruno riéndose y sacando la cámara para inmortalizar el momento, me ayuda a poner la rueda, con unos 25 minutos perdidos según él y con solo 26 kilómetros echos, decido tirar la toalla y olvidarme de rebajar el tiempo del año pasado, total (hemos venido a disfrutar y el resultado nos da igual).

Lo dicho anteriormente, olvidandome de tiempos, decido ir con Bruno un poco más tranquilo, aunque hasta el kilómetro 57 donde esta el 2º avituallamiento, el camino es favorable y de tranquilo nada de nada. Sin parar en el primer avituallamiento (km 31), rodamos a una velocidad de entre 28 a 42 km/h en algunos tramos y hasta el segundo avituallamiento tiramos a muerte, cosa que me sorprendió de Bruno que creía que luego lo pagaría en la última subida larga del día y el resto de la ruta (y eso que estaba avisado, que bien te han ido esos entrenos campeón).

En el 2º avituallamiento, paramos a beber, comer (plátano, mucho plátano) y llenar los bidones, unos 10 minutos y proseguimos la marcha. Ya con media maratón echa, a continuación nos esperan unos 15 km. de subida tendida sin grandes porcentajes, Bruno me incita a irme solo hacía arriba, acepto y me despido de él hasta la meta. Como me conozco la subida, cojo un ritmo bueno y no paro de adelantar gente (o yo voy muy bien, o la gente esta muy mal, no lo entiendo), la verdad es que esto te anima bastante y sigo cada vez más fuerte.

Corono arriba y la bajada, con el cierzo de cara y de costado, hace que no dejes de pedalear y vayas un poco en tensión para que no te tire de la bicicleta, una vez abajo en el kilómetro 83, tercer avituallamiento.

Paro a comer algo de plátano y me tomo un gel con cafeína que sé que me vendrá muy bien para este tramo hasta el cuarto avituallamiento (kilómetro 98) donde el cierzo es más fuerte y siempre da de cara y para mí es el peor momento de toda la marcha, ya que se hace muy largo y las fuerzas ya van un poco más justas. Es una zona de regadío, donde la gente va como puede, aquí no hay grupos que valgan, cada uno va con sus propias fuerzas (siempre y cuando tengas fuerzas). Nos juntamos cinco personas a relevos, aunque dos de ellos se cortan nada mas empezar y quedamos tres. El primero tiraba muy fuerte, y el segundo y yo aguantábamos detrás, refugiandonos del fuerte viento que soplaba, cuando al rato noto que el segundo baja el ritmo, me asomo y veo al primero bastante retirado. Me marcho a por el, aunque me cuesta bastante llegar, le pillo, recupero un poco y seguimos los dos haciendo relevos hasta el cuarto avituallamiento.

Bebo una botella de agua, me tomo otro gel y continuo yo solo, pues el compañero que venía conmigo se queda allí. Desde el kilómetro 98 hasta el 112, yo solo me pasa igual que en la subida (¿será el gel milagroso, o el entreno que he echo? jeje..), los 14 kilómetros no paro de adelantar a gente y a un ritmo bastante alto, lo cual me motiva aún mucho más aunque el tendón rotuliano ya empezaba a avisarme que también estaba allí conmigo, yo solo le decía aguanta, aguanta..... que ya nos queda poco. A falta de 5 kilómetros, veo a lo lejos a un biker que llevaba toda la prueba adelantandome después de los avituallamientos, y decido ir a por él, total para lo que me queda, hay que darlo todo. Le pillo, y me coge la rueda, yo pensaba que me iba a esprintar al final y subo el ritmo todo lo poco que tengo guardado, pero no hace ningún movimiento estraño y entramos en meta.

Espero en meta a que llegue Bruno alrededor de unos 30 minutos, aunque antes me asomo a mirar si quedaba fideua y beber un poco de aquarius.

Llega Bruno, contento y orgulloso de haber acabado la prueba aunque algo cansado y con el culo dolorido, jeje... Nos vamos a limpiar las bicis que están llenas de barro y polvo y las metemos en el coche, para ir a comer esa fideua y la carne asada que estaba buenisima, aunque lo cierto es que había hambre.

Conclusión, muy buena segunda segunda mitad del recorrido (aunque el tramo que hice con Bruno del km 26 al 57, fueron realmente buenos y a un buen ritmo, Bruno me has sorprendido, ¿eso lo tenias guardado para este día?, jeje..) y buenas sensaciones de mi tendinitis (algo tocadas, aunque es lo normal). Lástima de ese pinchazo y del tiempo perdido, pero ya que no he podido rebajar el tiempo del año anterior, lo cierto es que el ir acompañado hace que te la tomes de otra manera.

Primer objetivo aunque no cumplido, si realizado y con buenas sensaciones al fin y al cabo. Y eso que llevaba toda la mañana con malas sensaciones.

Ya solo nos queda esa pesadilla llamada LOS 10.000 DEL SOPLAO, haber que tal se nos da.

Carlos.