Otro berenjenal más en el que me he metido. Quién me mandaría a mí... pero es que uno no tiene remedio. El domingo 7 de abril, se organizo la 5ª Lluçanès Ferestec en Prats de Lluçanès. Acudimos al evento Jorge y yo. La zona, los paisajes, junto con la bicicleta, es lo que nos llevo a "dis-sufrir" según un compañero bloguero maño en esto de dar pedales, a realizar esta espectacular marcha.
El recorrido fue el siguiente:
Total fueron 66'5 km con un desnivel + acumulado de 1.900 m. aunque a mí me salieron 1.997 m.
A las 7'20 de la mañana llegamos a Prats de Lluçanès con una temperatura de -2º. Uff!!! a ver quién es valiente que se baja del coche, jeje... fuimos a recoger los dorsales y al coche de nuevo a preparar la estrategia, jajaja... muchas ganas de dar pedales no teníamos ya que el estado de forma no era el idóneo, pero veníamos a "disfrutar" y a pasar una buena mañana conociendo zonas nuevas.
A falta de media hora para la salida, preparamos los dorsales, nos acicalamos nosotros y nos encaminamos a la salida. La gente iba calentando motores mientras nosotros, nos hacíamos fotos con las impresionantes vistas de los pirineos con sus picos nevados.
Nos acercamos a la salida y nos juntamos con los practicamente 400 participantes en esta aventura. Detrás nuestro solo estaban los que iban a realizar el recorrido corto, ya que los que hacíamos el largo nos pusimos delante. Nosotros como siempre, los últimos.
Antes de dar la salida, minuto de silencio por la muerte de dos compañeros entre ellos Miquel Poblet.
A las 8'35 más o menos dan la salida. La gente como siempre como un tiro, a apagar el fuego... pues nada habrá que apretar un poco que esta vez somos pocos y enseguida te quedas el último, jeje....
Km 3 primer embudo al entrar por un sendero, se hace eterna la espera pero poco a poco vamos pasando. Km 7 segundo embudo, esta vez la espera es mucho mayor, entre que acabamos de empezar... vamos todos muy juntos... que es algo técnica... que está bastante resbaladiza por el barro y las lluvias de días anteriores... al final se nos han escapado los primeros, con lo motivados que íbamos, jijiji....
Después de subir unas buenas rampas y haber cruzado unos riachuelos, llegamos al km 15 con los pies empapados al primer avituallamiento. El barro nos invade por todos los lados. Continuamos y comenzamos a subir otra serie de rampones y en la bajada llego al desvío de la marcha corta y larga en el km 19.
Espero a Jorge para decidir hacia donde iríamos ya que íbamos algo desmotivados (por el barro, los embudos, las pateadas...) ya que en casi dos horas habíamos echo esos 19 km. Al final entre el madrugón y que habíamos venido a conocer esa zona nos declinamos por la larga, como tiene que ser.
A partir de aquí, todo subida, y qué subida... hasta el punto más alto de la cursa km 26, donde estaba el gran trofeo memorial Oscar Luceño, en el Coll de Puigdon, al primero en pasar le darían un lote de embutidos de la zona. Menos mal que estoy a dieta y no puedo comer embutidos (ojalá fuera verdad), jeje... MECAGÜEN....
Antes de llegar al km 26, tuvimos que pasar por un festival clandestino en medio de la montaña, "fiesta rave" donde se veían las caras de "sufrimiento" de la juventud, y donde yo pensaba que había un avituallamiento con ambiente por lo fuerte que estaba la música. Avituallamiento no, pero ambiente sí que había sí.
La bajada fue espectacular, combinando sendero y trialeras técnicas hasta el km 31 donde estaba el segundo avituallamiento. A partir de aquí ya no esperaría a Jorge, iría haciendo y disfrutando del recorrido y de las vistas.
Hasta aquí, el recorrido era guapisimo, lástima del barro y lo peligroso que estaban ciertas zonas. En el km 40 y 48 dos avituallamientos más. Seguía alucinando con el recorrido, era distraído al máximo atravesando hasta ríos que cubrían casi a los tobillos.
Una anécdota que me paso fue que, en una bajada, me encontré a cuatro "chavales" parados ante una vaca con unos buenos cuernos en medio del camino. Yo no pare y seguí, y en esto que intentan avisarme y pararme. Les dije que no pasaba nada que simplemente era una vaca. Al acercarme, la vaca sale corriendo hacia abajo, yo detrás de ella hasta que se sale del camino y deja la pista libre para poder pasar. Parece ser que estos cuatro no han visto una vaca en su vida y es normal que actúen así, ya que es un buen bicharraco. Anda que si le da a la vaca por arrancarse hacia mí, menudas risas... ale por chulito.
A todo esto, yo seguía sufriendo en las subidas y no poder recuperar en ciertas bajadas, ya que la marcha en sí daba poca tregua para ello.
Llego al 5º y último avituallamiento en el km 57 pero antes, al salir de una trialera trazo mal y me tengo que parar al haber un buen agujero. Al apoyar el pie, me da una rampa en el isquiotibial y el gemelo de la misma pierna. Un chaval de la organización me ayuda a bajar la bicicleta y a estirar la pierna. Después de unos minutos estirando, llego al avituallamiento que estaba a unos trescientos metros. Me hidrato un poco y continuo ya con el último arreón.
Todavía nos quedaba una sorpresa, pasar por un sendero al lado de una cueva. No me quedo más remedio que parar y fotografiarlo. En la foto la verdad es que no se aprecia igual, pero eso no quita que el recuerdo quede ahí.
Llego a meta por pistas más rápidas y con algún sendero antes de acabar la prueba. Sensación de mucho cansancio al llegar. Esto de tener que patear con los zapatitos de la bici me mata, se me cargan los gemelos y no será porque no corro y pateo por la montaña... Al final me salen 6h 29m, mucho tiempo para los kilómetros realizados, pero la satisfacción de ciclar esta zona no me la va a quitar nadie y posiblemente algún día vuelva, siempre y cuando se sequen los caminos para poder evitar el barro acumulado en ellos.
Un 10 para la organización, aunque lo único que he echado de menos en el avituallamiento han sido los plátanos, ya que solido solo había bizcocho y eso cuesta tragar... El recorrido bien marcado, imposible perderse y sobretodo 100x100 puro mountain bike del bueno.
¿Volveré? Posiblemente... quién sabe.
Salud y pedales.