Última salida veraniega de este año. Esta vez, la intención era ir a visitar los cuatro molinos que tenemos en el río Arevalillo, río que en verano no lleva agua, aunque antiguamente sí. De los cuatro molinos solo uno de ellos queda en pie y está en condiciones de visitar por dentro ya que el resto, por desgracia están en ruinas. Con el tiempo, todo se va perdiendo. ¡¡Qué lástima!!.
Pero antes, pasaría por La Ronchadera. Era un tobogan natural de piedra, donde nosotros cuando eramos pequeños y todos nuestros antepasados (padres, abuelos, etc..) íbamos a "roncharnos" y rompernos los pantalones. Antiguamente era de las pocas diversiones que tenían y que nosotros también hemos disfrutado.
La ruta fue la siguiente:
Cillán - La Ronchadera - Cañada Real Soriana Occidental - Molino Fuente de la Salud - camino de Solana - Las Henrenes - camino de Narrillos - Cillán.
Total 18'5 km. Desnivel + acumulado 352 m.
Una vez visitado La Ronchadera muy cerca del pueblo, por la Cañada Real Soriana que pasa precisamente por Cillán me dirijo a ver el molino de la fuente de La Salud, donde mi abuelo materno estuvo trabajando en numerosas ocasiones.
Por suerte está abierto, aunque seria mucho mejor que estuviera cerrado ya que hay mucho gamberro suelto que lo único que hace es destrozar las cosas. Y lo mejor para todos es conservarlo, ya que es el único que queda en pie. Dentro queda toda sus viejas herramientas y la maquinaria, que aunque no funciona, si nos da una idea de como lo hacia antiguamente.
Una vez visto el molino, continuo río abajo por un sendero en busca de los restos de los molinos en ruinas, donde esta vez seria mi abuelo paterno el que trabajara en él. El resto de molinos solamente quedaría la base de ellos y alguna que otra rueda de moler.
Abajo en el río, habiendo disfrutado de recuerdos y la bajada senderil, busco el camino que me llevaría de vuelta al pueblo pero por diferente sitio. El camino de Solana. Antes, foto del paisaje.
Una vez encontrado el camino de Solana, subo dirección al pueblo pero antes de llegar me desvío hacia "Las Henrenes" yacimiento arqueológico o mejor dicho antiguo pueblo de Cillán ("San Cristobal de Rioalmar") en la época de los Bretones.
Las fotos al poblado no han salido nada bien ya que era difícil fotografiar, asi que lo mejor es que vengáis a verlo en persona, jeje... Como vendo el pueblo, ¿eh?. Lo que si enseñaré, es un sarcófago infantil del yacimiento.
A continuación, me dirijo al camino de Narrillos y al fondo su cerro de Gorria con sus 1.727 m.
Llevaba toda la mañana recreándome en los alrededores de Cillán sin importarme los kilómetros, el desnivel ni el tiempo pero al mirar al oeste, una gran nube negra o mejor dicho todo el cielo, amenazaba con una tremenda tormenta. Sin entretenerme más, ya que se acercaba muy rápido hacia mí y aquí las tormentas tienen mucha mala leche (mejor que no te pille en medio del campo), acabo la ruta, aunque todavía me quedaba unos pocos kilómetros para llegar. No sin antes fotografiar más paisajes, ya que sus piedras son especiales en esta zona.
Llego al pueblo y directamente voy al bar (el único que hay) ya que allí estaban mis tíos y primos tomando el vermut. En cuestión de 10 minutos después de llegar yo, empieza a caer una tremenda tormenta de granizo que duró exactamente una hora. Lo que antes de la tormenta era verano, ahora parecía el más duro invierno. Mi madre y otro tío mío llamándome por teléfono preocupados sin saber donde estaba. Menos mal que llegué a tiempo..... y encima me pilló en el mejor sitio posible, jejeje.... EL BAR.
El huerto de mis padres, como se puede ver en la siguiente foto, quedó arrasado por el granizo. Y es que tuvo que pasar el quitanieves en pleno agosto a limpiar las carreteras. Como lo estáis leyendo!!!
Las casas, inundadas. Los huertos inservibles, recogiendo lo poco que quedaba en condiciones. Los ríos que antes no tenían agua, parecían riadas a consecuencia de la lluvia y el granizo.
Cuando acabo de granizar y llover, cogí la bici para bajar al río a ver como iba de agua y me lleve una gran sorpresa. Hacia poco que había pasado por allí y no tenía nada de agua, en cambio ahora parecía una riada. ¡¡Brutal!!, lo nunca visto.
Bueno, después de todo no tuvimos que lamentar ninguna víctima, jeje... aunque la verdad es que más de uno recibió una pedrada en la cabeza.
Anda que si me llega a pillar en el campo.... ¡¡Uff!! de la que me he librado.